La primera vez que escuché hablar de Niepoort fue a través de sus botellas. Creo que es una bonita manera de conocer a alguien que ha dedicado toda su vida al vino. Me llamó la atención que en un mundo tan clásico como los vinos de Oporto, un productor etiquetase estos vinos con unas gafas o con un bigote. Años más tarde, descubriría que su Alma Mater, Dirk Niepoort, es algo así como un visionario del vino.
La compañía hoy propiedad de Dirk, fue fundada en 1842 por Eduard Kebe, pero ya en 1858 pasó a formar parte de la familia Niepoort, en cuyas manos lleva ya 5 generaciones. Dirk es actualmente el propietario de la compañía.
Si por algo ha apostado es por lo vinos tranquilos, manteniendo el negocio de oportos pero elaborando también blancos y tintos en Douro, Dao y Bairrada entre otras. Algunos de éstos, se han convertido en vinos muy pesados, como es el caso de Redoma. Desde 2012 posee también un proyecto en Alemania junto a su hijo Daniel y Philipp Kettern. En el libro Vintage Port, se hace alusión a él de la siguiente manera: «Niepoort es a Oporto, lo que Krug es a la Champaña”.
La primera vez que coincidí con Dirk fue en Alemania, en un evento de Fine Wine donde ambos exponíamos nuestros vinos. Lógicamente yo sabía quién era y tenía muchas ganas por conocerle pero no quería molestar. Recuerdo que además le vi abrir un Porto Colecta de 1900; sí, de 1900, has leído bien. Generosamente me ofreció probar su vino e intercambiar nuestras primeras palabras. Yo, emocionado. Admiro mucho a este hombre.
Decía Luis Gutierrez allá por 2001 sobre Niepoort unas palabras que sin duda están hoy en día en boca de todos:
“Su filosofía es muy tradicionalista y poco intervencionista; viticultura casi orgánica -aunque no buscan ningún tipo de etiqueta-, utilización de viñas viejas, de castas mezcladas en la viña (así, lo que una casta pueda aportar de sobremadurez, otra lo contrarrestará con un poco más de acidez al haber madurado menos), rendimientos bajos, vendimiar no por parámetros medidos en un laboratorio sino por cómo están las uvas, por cata de uvas”.
Uno de los grandes cambios que quiso provocar en Oporto fue cultivar sus propias uvas, porque las casas de Oporto en general compraban sus uvas a otros viticultores de confianza. Adquiríó por tanto viñedos viejos en el Cima Corgo, (Quintas de Nápoles y do Carril).
El primer vino que elaboró a principio de los 90 se llamaba Robustus, un nombre bastante chocante con la tendencia actual de elaboración (estamos locos por frescura y fluidez). A este primer vino le siguieron los más actuales y conocidos Redoma (citado anteriormente), Quinta do Nápoles, Batuta, Vertente, Charme…
La mente inquieta de este genio le llevó a crear “Projectos” (cuyo concepto me inspiró hace años para colaborar con otros productores de los que a día de hoy podéis disfrutar en el club), que básicamente consistía en elaborar vinos bajo una misma etiqueta “Niepoort Projectos”, que son experiencias hechas en Douro o Vila Nova de Gaia, pero también vinos elaborados con otros productores como Doda, con Álvaro de Castro de la región de Dão, OmLet producido en Douro con el enólogo español Telmo Rodríguez; Ultreia elaborado en el Duero con el enólogo español Raúl Pérez; Vinos Muhr van der Niepoort, elaborados en Austria junto con Dorli Muhr, Cape Charme y Cape Fortified producidos en Sudáfrica con Eben o Ladredo de Ribeira Sacra (España). Algunos de ellos no necesariamente han de elaborarse cada añada, pueden tener un inicio y un fin.
En los últimos años ha desarrollado el proyecto Nat Cool, en el que varios productores elaboran vinos ligeros y fáciles de beber. En la región de Bairrada, Niepoort ha producido Drink Me, el primer Nat Cool. En mi último viaje a Argentina, estando visitando unos días al “Colo” Sejanovich, ellos elaboraban uno de estos vinos. También elaboradores españoles se han unido a esta divertida iniciativa. Las botellas son siempre de litro; al ser un vino fluido, se puede beber más y compartir.
Dirk es un amante de la variedad Baga en Bairrada. Bairrada está situada en la Beira Litoral, entre Aveiro y Coimbra, en el centro de Portugal. Región plana a lo largo de una franja marítima, con un clima atlántico de inviernos moderados y lluviosos y veranos influenciados por los vientos procedentes del océano. Los suelos son arcillosos, calcáreos y arenosos.
La gran pasión de Dirk Niepoort por la variedad Baga y por las viñas viejas le llevó a adquirir en 2012 la Quinta de Baixo. Lagar de Baixo Tinto es el resultado de unir cepas muy viejas con otras más jóvenes: un vino tinto complejo y serio, pero con cierta juventud y vigor.
La cosecha 2018 resultó complicada debido a las altas precipitaciones que se produjeron entre los meses de enero y mayo, lo que provocó un bajo cuajado pero una fruta de buena calidad. En estas condiciones climáticas, era de suma importancia implementar tratamientos preventivos. El verano trajo altas temperaturas que, junto con las abundantes reservas de agua del suelo, permitieron que la uva madurara maravillosamente.
A pesar de los retos de 2018 antes mencionados, el resultado general fue claramente positivo. Los vinos muestran una acidez equilibrada y un color intenso. Las altas temperaturas de agosto y septiembre aumentaron levemente los niveles de alcohol, pero Quinta de Baixo mantuvo su frescura y elegancia.
En mi opinión, el vino tiene un bonito color rojo rubí abierto. Es bastante aromático con cerezas, notas a jara y rosas. En boca es seco, con acidez fresca, taninos medios firmes y sabores a regaliz y hierbas aromáticas. Es un vino con un bonito equilibrio entre su textura firme y su fresca acidez, con notable intensidad herbal, largo y con ciertas notas ahumadas que le suman complejidad.
Suelo calcáreo, con viñas de edad media 40-60 años podadas en Guyot. Muy baja altitud de unos 80 a 100 metros. Vendimia manual, FML y crianza de 21 meses en grandes barriles. Embotellado en Junio 2020.
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