Es verdad que Fernando hace poco que ha obtenido el título de Master of Wine, pero eso no significa que vaya a dejar de seguir aprendiendo. Todos los meses dedicará parte de su tiempo a visitar a los viticultores más importantes del mundo, a los que admira. De ellos aprenderá las técnicas y prácticas nuevas que pondrá en práctica en Frontonio, como parte de su búsqueda permanente por elaborar los mejores vinos de nuestro pequeño rincón de Aragón.

Fernando estrenó el 2018 con un fascinante viaje a una de las bodegas más famosas de Austria: Weingut Bründlmayer. Aunque puede dar la sensación de que Austria y Aragón son polos opuestos en cuanto a la elaboración de vinos en Europa, Fernando quería averiguar cómo se utilizan las tradicionales fuders austríacas —grandes barricas de roble—  que aportan estructura a sus vinos sin disminuir la naturaleza afrutada de las variedades aromáticas de uva blanca Riesling y Grüner Veltliner.

Después de hacer una cata para comparar vinos blancos envejecidos en barricas y fuders con el enólogo jefe Christopher Forst —que Fernando calificó de «extraordinaria»—, volvió con la idea de importar fuders o barricas de roble de Austria a Frontonio. Fernando, al que nunca se le escapa ningún detalle, observó que en la viña utilizaban carros para transportar las cestas de uvas (y proteger la espalda de los empleados) y también los añadió a su lista de favoritos, junto con los corchos 1×1 más largos para la selección de los mejores vinos y los más representativos. A Francisco —el encargado de las finanzas en Frontonio— va a terminar dándole miedo que Fernando regrese de sus viajes si trae tantas cosas para comprar.

El segundo viaje que hizo Fernando este mes, esta vez más cerca de casa, le llevó a una bodega de renombre: Scala Dei en el Priorat. Enero es la época del año en la que se lleva a cabo la poda de invierno para preparar las vides para la próxima vendimia y Fernando quería comprobar cómo el equipo de Scala Dei, dirigido por su buen amigo Ricard Rofes, junto con Roc Gramona —miembro de la generación más joven de la dinastía del cava—, pone en práctica lo que han aprendido de los conocidos como pruninguys o tíos de la poda Simonit y Sirch para mejorar esta técnica. El método o, mejor dicho, la filosofía de estas estrellas de rock de la viña consiste en seguir el flujo de la savia en la planta para evitar generar un exceso de madera muerta con cortes de poda grandes y mal colocados, lo cual sirve para prevenir enfermedades como la esca y alargar la vida de la vid. A Fernando le interesaba especialmente lo que aprendió en los viñedos de Mas Deu para ponerlo en práctica en sus nuevas plantaciones de garnacha, junto con el uso de sistema de estacas individuales típico de la Côte-Rôtie.

Gracias al dueño de Weingut Bründlmayer, Willi Bründlmayer, al enólogo jefe Christopher Forst y al director general Andreas Wickhoff, además de a Ricard Rofes y Roc Gramona de Scala Dei por formar parte de la historia de Frontonio y ayudarnos a mejorar nuestros vinos.