Es verdad que Fernando hace poco que ha obtenido el título de Master of Wine, pero eso no significa que vaya a dejar de seguir aprendiendo. Todos los meses dedicará parte de su tiempo a visitar a los viticultores más importantes del mundo, a los que admira. De ellos aprenderá las técnicas y prácticas nuevas que pondrá en práctica en Frontonio, como parte de su búsqueda permanente por elaborar los mejores vinos de nuestro pequeño rincón de Aragón.
El mes pasado Fernando acumuló un montón de millas con sus viajes a Robert Mondavi Winery en California y también a Chile, con una parada técnica entre uno y otro para visitar la feria ProWein en Alemania.
En una de las bodegas más representativas de California, Fernando pudo deleitarse en exclusiva con el coupage de vinos de más de 80 parcelas de pinot noir con la enóloga de Robert Mondavi, Geneviève Janssens, discípula de los más grandes del mundo de la enología: Jean y Pascal Ribereau-Gayon, y Emile Peynaud. Fernando y Geneviève cataron vinos para seleccionar elementos de diferentes variedades, al tiempo que Fernando aprendía más sobre su simbólico viñedo To Kalon.
Unos días más tardes se desplazó de nuevo hasta Chile justo a tiempo para la vendimia en el hemisferio sur. Era la segunda vez que visitaba el país; un país que le dejó impresionado el año pasado. Visitó tres bodegas con formas de pensar muy diferentes, a la vez que complementarias. En realidad, a Fernando lo que realmente le gusta del país sudamericano es la capacidad que tienen las bodegas para incorporar las teorías más heterogéneas, en lugar de regirse todas por las mismas tendencias.
La primera le llevó hasta Maule; allí visitó a Derek Mossmann, al que considera como un hermano. A pesar de que podrían haberse enredado en una batalla legal por la denominación vinos de garaje o Garage Winery, Fernando y Derek han decidido que les resulta mucho más productivo y enriquecedor convertirse en buenos amigos, fundamentalmente porque su filosofía sobre el vino es la misma. Fernando salió con Derek a probar uvas de la variedad cariñena y garnacha para comprobar si estaban maduras.
En De Martino, Fernando coincidió con Marco De Martino y un vinicultor con una excelente visión, Marcelo Retamal; allí conoció los diferentes métodos que utiliza la familia y Marcelo para llevar a cabo su proyecto personal en Elqui: usan tinajas antiguas, trabajan con moscatel y las viñas viejas de cariñena, y vinifican con raspón. A Fernando le encantó conocer a «Reta» —al que considera uno de los verdaderos revolucionarios del vino chileno—, que, en esta época en que la que se tiende a elaborar vinos con una potente maduración fenólica, ha roto con los convencionalismos para elaborar vinos equilibrados que expresan su origen.
Por último, se reunió con el director técnico de Torres en Chile, Fernando Almeda. Además de comprobar cómo funciona una gran bodega desde el interior, Fernando quería conocer las similitudes entre su proyecto para recuperar viejas viñas de la variedad de uva país y su propia viña vieja de garnacha en Aragón. Además, disfrutó de lo lindo con el paseo en avioneta sobre los vastos viñedos chilenos.
Y el viaje no podía acabar de mejor manera: se reunieron todos para disfrutar de buenos vinos, además de una excelente comida y conversación en la que expusieron sus ideas y objetivos.
Gracias a Geneviève Janssens de la bodega Robert Mondavi, Derek Mossmann-Knapp de Garage Wine Company, Marco De Martino y Marcelo Retamal de De Martino, y Fernando Almeda de Viña Miguel Torres por formar parte de la historia de Frontonio y ayudarnos a mejorar nuestros vinos.