Valdejalón es, probablemente, la región vitivinícola más desconocida de Aragón, entre otros motivos porque no está reconocida como denominación de origen. Situada en el centro del triángulo que forman las DOs Campo de Borja, Cariñena y Calatayud y marcada por el discurrir del río Jalón, sus vinos se comercializan con el indicativo de vinos de la tierra, lo que en la nueva legislación europea se corresponde con una IGP (indicación geográfica protegida). Por eso tiene tanto mérito este pequeño proyecto encaminado a recuperar las viejas garnachas del lugar en un momento en que la zona apenas cuenta con estructura productiva.
Detrás están el flamante nuevo Master of Wine Fernando Mora, el enólogo Mario López y el abogado Francisco Latasa, experto en comercio internacional, todos ellos en la treintena. La historia de Fernando Mora es especialmente interesante. Ingeniero dedicado a la industria eólica, no ha parado hasta pasarse al sector del vino. Llegó a plantar 14 cepas en Alagón (Zaragoza) y a intentar elaborar vino en su propia casa con un kit doméstico de esos que anuncian por Internet controlando la temperatura con hielo que colocaba en su bañera. En 2013 dejó su trabajo como ingeniero y en 2015 obtuvo el Diploma WSET. Hoy compatibiliza el trabajo en Frontonio con la asesoría enológica, las catas y la formación.
Los vinos se elaboran en la pequeña bodega familiar de Mario en Épila, situada tras la tienda donde su madre todavía vende vino a granel. El proyecto toma el nombre de San Frontonio, el patrón del municipio, del que se dice que fue decapitado por los romanos pero cuya cabeza arrojada al Ebro fue hallada río arriba a contracorriente. A ellos les gusta especialmente el concepto de ir a contracorriente.