El vino está hecho para disfrutar y poder compartir buenos vinos con gente que tiene la misma pasión que tú, es uno de los grandes placeres de la vida. Formar parte de un grupo de cata es una de las mejores maneras de compartir vinos y al mismo tiempo aprender y echar un buen rato. Montarlo es bastante sencillo, pero para sacarle el máximo partido hay que ser organizado y considerar el objetivo de grupo de cata, el formato y la selección de los vinos.
Antes de nada, hay que tener bien claro cuál es el objetivo del grupo de cata. Puede ser la preparación para un examen de cata (como el Master of Wine o WSET Diploma), para descubrir nuevos vinos del mundo, para catar vinos difíciles de conseguir o simplemente por placer. Es fundamental que el formato de cata está acorde con el objetivo y que todos los catadores estÉn de acuerdo con él para evitar desilusiones. Una o dos personas deberían tomar la iniciativa y adoptar el rol como coordinador o coordinadores del grupo. Sin esta figura, es muy probable que el grupo no dure mucho tiempo, porque nadie tome la responsabilidad de llevar las catas adelante.
No es necesario que todos los participantes del grupo tengan el mismo nivel de conocimientos al fINICIO. Lo importante es que tengan ganas y que se comprometan a participar. Un grupo de 10-14 personas y 12 botellas suele ser un buen número. Así hay suficiente vino sin que sobre demasiado y no se disparen los costes. Normalmente habrá algunos que no puedan asistir en alguna cata, puede ser buena idea abrir el grupo a más personas y limitar el aforo de las catas a 14. Pero también depende del espacio donde se realizan las catas.
Si el objetivo es preparar una prueba específica, las catas deben ser vinculadas al examen de forma directa o indirecta. Todos los vinos deben ser ejemplos que podrían «caer» en ese examen y al menos algunas de las catas deben tener el mismo formato que la prueba. Si nadie tiene un examen de cata, la estructura puede ser bastante más libre. Por lo general se aprende más catando a ciegas, ya que los catadores no tienen prejuicios sobre los vinos. La excepción son catas instructivas donde un experto presenta vinos típicos de forma educativa. Los días de cata pueden tener un tema como zona, país, precio, variedad(es) etc. o pueden ser sin tema. Como última fase se puede hacer a ciegas sin pistas (pero eso es increíblemente difícil), o preparar tandas de 2-6 vinos donde hay una pista. La pista podría ser que los vinos 1 al 3 son de la misma región, o los vinos 4 al 7 están elaborados de la misma uva principal. Con una pequeña pista es mucho más fácil navegar entre todos los vinos del mundo.
Para tener una buena selección de vinos en la cata, es recomendable que una persona se encargue de comprar todos los vinos del día. Así se puede
a) catar todos los estilos relevantes si la cata tiene un tema específico.
b) organizar los vinos en tandas (si les relevante).
c) Evitar vinos repetidos.
Una persona puede gestionar todas las catas de un año, o se puede crear un plan y repartir un temario por catador y cada catador gestiona la selección y compra de unos vinos.
Para maximizar el aprendizaje, es fundamental que los vinos estén bien seleccionados. No se trata de buscar vinos que los demás nunca van a acertar, sino más bien buscar vinos típicos y representativos de la variedad de cada zona. Evita comprar los vinos más económicos de una zona, normalmente estos son poco típicos. Si buscas vinos de zonas que no conoces, no dudes en pedir ayuda de tu red de contactos. Si alguien del grupo trabaja en la distribución del vino o en la hostelería, aprovecha los contactos para conseguir vinos directamente de distribuidores (te puede dar más opciones de vinos y a mejor precio).
El lugar donde se realiza la cata debe ser luminoso (idealmente con luz natural), limpio de olores y debe haber un fondo blanco para que se pueda observar bien el color del vino. Los catadores deberían traer sus propias copas e idealmente deben tener una copa por vino. De esta manera se consigue que se puedan servir todos los vinos a la vez y así ver cómo evolucionan, los catadores se acostumbran a evaluar los vinos de la misma copa y el anfitrión no tiene pasar toda la noche limpiándolas. Es importante no hablar de los vinos antes de que todos han tenido tiempo de evaluarlos y tomar notas de forma individual. La mente es increíblemente susceptible a las pistas (ya sean acertadas o erroneas). De 2 a 4 minutos por vino es suficiente. Después se puede hablar los vinos en grupo antes de revelarlos.
Aparte de aprender en un grupo de cata, es fundamente disfrutar y pasarlo bien. Todas las catas no tienen que ser sentados y serios. Para catas menos formales y catas durante una comida / cena, se puede jugar un juego que llamamos “in & out”. Una persona sirve un vino a su elección a ciegas a todos. Deja unos minutos para que todo el mundo lo evalúe. Después, el que ha puesto el vino hace preguntas cerradas a los catadores. Podría ser: “¿el vino es de nuevo mundo o viejo mundo?” o “¿la uva es Riesling, Chenin Blanc o Grüner Veltliner?”. La gente responde por turno en voz alta y los que no aciertan están fuera. Luego hace otra pregunta a los que siguen dentro y los que no aciertan esta pregunta van fuera. Y así se sigue hasta que se acierta la zona, variedad y cosecha. Si todos han fallado y el vino sigue sin ser revelado, todos entran el juego de nuevo. Es una manera entretenida de pasar un buen rato y divertirse con el vino. A disfrutar y aprender ¡Salud!
Jonas ha compartido muy amablemente unos pdf con información sobre como montar un grupo de cata y algunas de sus selecciones de vinos a comprar:
BASES PARA LOS PARTICIPANTES DEL GRUPO
VINOS SELECCIONADOS PARA EL GRUPO DE CATA DE MÁLAGA TIPO WSET
VINOS SELECCIONADOS PARA ALUMNOS DE MASTER OF WINE
Jonas Tofterup MW
Es promotor junto a Fernando Mora MW del I Concurso de Cata a Ciegas Benéfico.
Uno de los seis Masters of Wine que residen en España, y el único sur de Madrid. De origen danés, pasó parte de su infancia en Málaga rodeado de una familia amante del vino. Desde muy pequeño, disfrutó de sus vacaciones en zonas vitivinícolas y así nació su amor por el mundo del vino.
En 2012 terminó la licenciatura internacional Vinifera Euromaster, un M.Sc. de Viticultura y Enología combinado entre las universidades de Montpellier, Bordeaux, Geisenheim y Stellenbosch. En 2014 terminó el WSET Nivel 4 Diploma y en 2019 el prestigioso programa del Master of Wine.
Cuenta con numerosas experiencias en bodegas de España y el extranjero, incluyendo Yecla, Priorato, Ribera del Duero, Rueda, Toro, Bierzo, Rioja, Cariñena, Bajo Aragón, Ribeiro, Rías Baixas, Baden, Rheingau y Stellenbosch. Hoy es el export manager Europe para Viña Valdivieso de Chile. En paralelo es asesor de vinos para ALDI Dinamarca y es miembro del jurado de los concursos de Berliner Wein Trophy, Bacchus y Decanter. Además, ha sido el editor técnico del nuevo material de WSET Diploma y el editor del manual de estudio de Spanish Wine Scholar.
Con todas estas experiencias diversas, entiende en profundidad cómo funciona el sector del vino.
Después de numerosos años viajando por estudios y trabajo, volvió a Benalmádena en 2015 donde tiene su residencia. En su tiempo libre le gusta cocinar, cuidar su jardín y dar paseos por la playa con su esposa Andaluza, Beatriz.
Para saber mas de él y su academia de vinos WSET Iberian Wine Academy, click aquí.