« LA PERFECTA IMPERFECCIÓN »
Existen escasos viñedos mágicos. En ellos, de una manera conectada con el resto de la naturaleza, la vid se siente capaz de buscar la singularidad de lo único, toda la fuerza del origen arrancada de la tierra y convertida en fruto.
El papel del hombre ha sido el de identificar estos sitios y cultivar parcelas únicas en algunos de los lugares más duros de trabajar. Generaciones los han mantenido de una forma casi más nostálgica que racional.
Solo un privilegiado grupo de estos viñedos son capaces de transportarte al lugar del que proceden a través de la enérgica fragancia de su vino.
Somos personas con un sueño imposible: Buscar la perfección de lo concreto. Al igual que el pintor interpreta una idea en un lienzo transformándola en arte, el viñador busca entender un jardín de viñas para hacer un vino único. Un vino que pertenece a ese viñedo para siempre. Un lugar que hay que entender, respetar y proteger.
Este es el camino que hemos elegido, o al menos es el camino que nos ha elegido a nosotros. El hombre fundido con la tierra.