Sacaremos la pizarra todos los meses para aportar todos los detalles sobre uno de los aspectos relacionados con nuestros vinos. Este mes nos centraremos en la selección de vinos Botijo.  

Con la selección de vinos Botijo se aspira a permitir que todo el mundo beba un vino de Bodegas Frontonio y disfrute de un garnacha aragonesa fresco, afrutado y fluido. Queremos que sea un vino que guste a todos y un buque insignia para la región.

Sin embargo, que su precio sea inferior al resto de nuestros vinos no significa que no pongamos el mismo cuidado en su elaboración. Es un vino con una producción limitada de botellas (aproximadamente 85 000 al año de 3 vinos diferentes), cuya uva se ha recolectado a mano y procede de nuestros viñedos propios que se cultivan de forma tradicional: en vaso, en secano y con prácticas ecológicas. Las viñas, de entre 20 y 78 años, se localizan alrededor de Épila, a aproximadamente 450 m de altitud, en parcelas de suelos aluviales pertenecientes a las Bodegas Frontonio o a los padres de nuestro enólogo Mario.

El nombre es un homenaje al botijo que utilizan los viticultores para saciar la sed cuando están trabajando en la viña. Es una pieza de tecnología antigua, a su vez sencilla e ingeniosa: en un botijo de barro se puede enfriar el agua unos 10 °C en una hora gracias al proceso de evaporación.

La selección está compuesta por tres vinos, etiquetados como V.T. Valdejalón:

Botijo Blanco: Elaboramos 20.000 botellas con garnacha blanca monovarietal. Nuestro objetivo principal al elaborar este vino consiste en minimizar la oxidación para obtener un estilo fresco y frutal. Tres meses de batonnage de las lías aportan peso y textura al paladar.

Botijo Rojo: Se producen aproximadamente 55.000 botellas al año con levaduras autóctonas y 10-15 meses de crianza en depósitos de hormigón. 100 % garnacha; fresco, equilibrado y afrutado. Con este vino, de la misma manera que con el botijo, se demuestra que la belleza reside en las cosas más simples. Robert Parker calificó la añada de 2015 con 90 puntos, mientras que la del 2016 recibió 16 puntos de la MW Jancis Robinson.

Botijo Viñas Viejas: A partir de cepas seleccionadas de más de 45 años, este garnacha se cría en roble francés durante 8-10 meses, que redondea los taninos y añade elegantes notas ahumadas. La añada de 2015 (aproximadamente 10 000 botellas) recibió una medalla de oro en el concurso Mundus Vini 2018 de Alemania.

La moderna etiqueta con un botijo de colores, diseñada por una de las mejores diseñadoras de etiquetas de vino, Marta Lojo, ha contribuido a que aparezcamos en las listas en los mercados internacionales. Se sirve por copas en el Ten’s Tapas Restaurant del laureado Jordi Cruz en Barcelona, en el restaurante con una estrella Michelin Chapter One de Dublín y se acaba de introducir en las salas VIP de Business de Lufthansa.